Consumir semillas de calabaza aporta tantos nutrientes a nuestro cuerpo que están calificadas como las mejores semillas que puedes comer para mejorar tu salud ¿lo sabías? Si, hablamos de esas semillas que sueles desechar junto con la demás basura.

Las calabazas tienen su origen en Norteamérica. Tiempo atrás, era uno de los alimentos más valorados por los norteamericanos. Debido a su alto índice nutritivo muchos consumían calabazas para fines medicinales.

Sus innumerables valores alimenticios se deben a lo muchos nutrientes que posee dicho vegetal. De todos ellos, se conoce por contener valores en Hierro, Magnesio, Potasio, Zinc, Potasio y Fósforo.

Normalmente, todas las semillas de calabaza son dulces con una suave textura (algo parecida al de las nueces). Gracias a ello es totalmente fácil de masticar.

En otras regiones es más conocido como “pepitas”, con un color verde oscuro. En algunos casos, las semillas se encuentran cubiertas por una ligera capa blanca amarillenta.

Cómo preparar las semillas de Calabaza

Hay muchas maneras de preparar semillas de calabaza (incluso puedes conseguir aceite hecho con semillas de calabazas). El método más común es hervir las semillas en agua con sal, luego tostamos las semillas en el horno. Las puedes comer después de tostarlas y descubrirás que su sabor es delicioso. Asimismo, ya tostadas las semillas puedes usarlas para otro tipo de preparación.

Por ejemplo, luego de tostar las semillas, puedes agregarlas en ensaladas, incluso en sopas. A su vez, puedes endulzar las semillas y usarlas en barras de cereal creadas por ti. Puedes también, moler o licuar las semillas y combinarlas en una ensalada de frutos secos.

Y no termina ahí, puedes también hacer galletas, incluso pan añadiendo las semillas ya pulverizadas a la mezcla.

¿Qué beneficios obtengo al consumir las semillas?

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Como lo hemos mencionado antes, las semillas de calabaza poseen numerosos valores nutritivos: ácido fólico, vitaminas A, B3 y K. Además de ello, aportan valores de ácido linoleico, ácidos grasos omega-3 y omega-6.

Mantienen sano tu Corazón

Esto es común entre los frutos secos. Casi todos ellos son ricos en antioxidantes y ácidos grasos, los cuales disminuyen el riesgo de males cardíacos.

 Te ayudan a dormir mejor

Las semillas de calabazas son ricas en triptófano, un aminoácido que estimula el desarrollo de la hormona encargada de tu bienestar: la serotonina. Ésta, al mismo tiempo evoluciona a melatonina, ayudándote a disfrutar de un mejor sueño.

Regulan tu movimiento Intestinal

Las semillas poseen un gran valor nutritivo en fibra. Hacer de un hábito consumir dichas semillas no solo mejorará tu tráfico intestinal, sino que también te ayudará a evitar la hinchazón causada por gases.

Funcionan como un excelente Antiinflamatorio

Las semillas de calabazas son la mejor opción para reducir inflamaciones en el organismo. Así también son muy útiles para el tratamiento de la artritis.

Son un Regulador Natural para pacientes Diabéticos

Además de todos los beneficios ya mencionados, el consumo regular de las semillas de calabaza estimula el páncreas. De este modo este fruto seco ayuda a regular la cantidad de azúcar en la sangre.

Propiedades de las semillas de Calabaza

Más allá de los valores nutricionales de la calabaza, las semillas también aportan muchos beneficios a tu salud. Entre los muchos que posee están:

Con respecto al aceite verdoso fabricado por semillas de calabaza, éste también se usa para tratamientos medicinales, entre ellos:

¿Por qué debería consumir semillas de Calabaza?

Tomando en cuenta todo lo antes mencionado, las semillas de calabaza realmente te ayudarán a desarrollar un cuerpo sano. Igualmente, crearás resistencia contra diversas enfermedades.

Quizás su preparación te resulte algo fastidiosa: separar las semillas de la calabaza, hervirlas, tostarlas y molerlas, pero todo es para ayudar a tu organismo y mejorar tu salud. Además, al igual que el aceite verdoso de semillas de calabaza, también puedes comprar las semillas en tiendas naturistas y de alimentos dietéticos y veganos.

Ya sea que las compres o las prepares tú mismo, lo importante es crear el hábito de consumirlas, vale la pena, todo por el bien y salud de nuestro organismo. Llegados a este punto, no vale la pena desecharlas a la basura sabiendo cuantos beneficios perderíamos al hacerlo.

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