Si estás pensando cultivar cannabis, debes conocer muy bien las subespecies. De acuerdo al espectro cannabis, existen tres: indica, sátiva y ruderalis. Se clasifican según la cantidad de cannabinoides presentes, la calidad de los cogollos, las condiciones climáticas y el aspecto.

Antes de ir a una tienda especializada en cannabis, como growbarato.net, e-commerce liderado por Erik Collado Vidal –CEO del Growshop The Green Brand referencia en España– y comprar cogollos, fertilizantes o variedad de cannabis a cultivar, debes aprender a identificar las características de cada variedad.

En esta publicación mencionaremos cuál es la diferencia entre índica y sativa. Te adelantamos que son varias y cada una es importante al tomar la decisión de cultivo. Con esta información, valorarás mejor qué tipo de cannabis te conviene según tu equipo, clima o proyecto.

¿Cuál es la diferencia entre índica y sativa?

Desde el origen, hasta los compuestos químicos. Estas son las diferencias entre cannabis índica y cannabis sativa.

Origen y condiciones

Las subespecies de cannabis no se dan en los mismos lugares ni en las mismas condiciones climáticas. La variedad índica crece a bajas temperaturas en circunstancias extremas. Procede de las montañas y las encontrarás en países como: Afganistán, India, Nepal o Pakistán. La variedad sativa, en cambio, crece a temperaturas cálidas típicas de las zonas intertropicales. Proviene de países como: Tailandia, México, el sur de la India y algunas partes de América cercanas a la línea del Ecuador.

Tiempo de maduración

La maduración, no confundir con la cosecha, ocurre en diferentes periodos de tiempo. El entorno de crecimiento juega un papel clave en la floración. Las bajas temperaturas y condiciones desfavorables obligan a la variedad índica a madurar entre las primeras seis y ocho semanas. Mientras que las condiciones favorables le permiten a las variedades sativas tomarse un poco más de tiempo y maduran durante las diez y quince semanas.

Aspecto

El aspecto es otra diferencia de las índicas y las sativas. Poseen rasgos vegetativos que nos permiten identificar si se trata de la subespecie montañosa, o de la originaria de las zonas intertropicales.

Empecemos con las indicas. Son compactas, de forma cónica, con hojas anchas y oscuras, follaje, robustas y cogollos densos y pesados. Las sativas son altas, con hojas estrechas, ramificaciones y cogollos delgados.

Cultivo

Siguiendo las características de cada variedad, podemos elegir el mejor lugar de cultivo. Las sativas, teniendo en cuenta que son más altas y compatibles con condiciones climáticas tropicales, crecen mejor al aire libre. Puedes cultivarlas en el exterior si la temperatura se mantiene entre caliente-cálido.

Las índicas son más pequeñas, tardan menos tiempo en madurar, soportan las condiciones extremas y producen cogollos más resistentes. Esto las hace perfectas para cultivar en interiores. Si tienes los equipos adecuados, podrás producir múltiples cosechas en menos intervalos de tiempo.

Efecto

El efecto que producen las subespecies de la planta de cannabis es diferente por los cannabinoides presentes.

Las índicas almacenan más cannabidiol (CBD) que tetrahidrocannabinol (THC). Los efectos del CBD alteran los sentidos, produce una sensación de relajación mental y física e inducen al sueño. Es bueno para dormir y para calamar los trastornos y las dolencias. Es tomada en cuenta para la creación de productos a base de cannabis CBD, como aceites, cosméticos y comidas.

Las sativas, al contrario, contienen más tetrahidrocannabinol (THC) que cannabidiol (CBD). Altera la percepción, potencia los sentidos, estimula la creatividad, la concentración y el pensamiento. Sube el estado de ánimo y es bueno para la ansiedad. La persona se siente más eufórico, seguro y energético.