En los últimos años se ha puesto de moda la realización de semilleros o germinadores caseros, es una forma muy bonita de sintonizar con la naturaleza. Además, es un método increíble de relajación, muchas son las investigaciones que determina la importancia de poseer plantas. Las personas se enfocan más que todo en las mascotas, cuando cuidar de tu jardín puede ser casi tan beneficioso. En el caso de un semillero, más allá de tener un jardín vistoso, lo que buscamos es producir y aprovechar cosechas, es por esto que la elección de la tierra es vital.

Aquí en semillas.me, queremos ayudarte a que empieces con tu proyecto y obtengas unas plantas bastante sanas y en el menor tiempo posible. Pero primero debemos iniciar con lo más básico, lo cual es la tierra  que estableceremos en nuestros semilleros. La tierra es fundamental para el desarrollo de las plantas, ya que de estas obtendrá los nutrientes necesarios. En muchos casos, si escogemos un tipo de tierra no apto para determinada semilla, es posible que no observemos resultados, o quizá los veamos pero en un tiempo más largo que el que debería ser.

Tipos de tierra para semilleros

Vamos a comenzar explorando este apartado, como ya destacábamos antes, el tipo de tierra tendrá mucho que ver con el desarrollo de nuestra planta. Hay muchísimos tipos de tierra, diferenciados entre ellos por la composición química y física que presentan y si bien es cierto que hay semillas que se adaptan muy bien a cualquier terreno, existen muchas otras bastante delicadas, que necesitan de un ambiente controlado y específico para darse su brote.

Debemos recordar que un semillero, no es exclusivamente para obtener frutos o lo que sea que esperes, directamente de este mismo. Muchas veces utilizamos el germinador como medio de inicio para el proceso de crecimiento, luego, después de llegar a cierta etapa, trasplantamos a un nuevo terreno más apto. En algunos casos, con árboles gigantes, podemos comenzar en un semillero, para luego proceder a instalarlos en donde queramos. Es importante tratar de imitar el tipo de suelo en el que posteriormente se desarrollará nuestro árbol.

Tierra para semilleros

Es por todo esto que hemos aseverado, que surge la importancia de un dato, no podemos explicarte todos los tipos de tierra, ya que en sí, se diferencian de acuerdo a varios factores, pero tomaremos la clasificación por su estructura. En este caso solo nos vamos a enfocar en 3 tipos de esta clasificación, cada uno es prácticamente ideal para la siembra y los agricultores profesionales siempre buscan sembrar en suelos con estas condiciones.

Suelo de turba

La tierra que podemos conseguir de este tipo de suelo, es bastante apta para cultivos. Almacenan una buena cantidad de agua y proporcionan los nutrientes necesarios. Lo que debemos cuidar en nuestro semillero al colocar este tipo de tierra, es no saturarlo de agua, ya que con su capacidad de almacenamiento, puede ahogar a la semilla por saturación. Debemos contar con un buen sistema de drenado para que esto no pase.

Con el suelo de turba no tendrás problemas en verano por el mismo tema del agua, y en invierno, proporciona un cubrimiento térmico ideal. Podemos reconocer estos suelos por su textura suave y porosa, asimismo, casi siempre están húmedos y muestran un color marrón oscuro casi negro. Muchas veces se añade tierra de turba a otros tipos de tierra para mejorar sus propiedades.

Suelos humíferos

En estos suelos conseguimos el tipo de tierra comúnmente conocido como “tierra negra”, puesto que, casi de igual manera a la tierra del suelo de turba, denota un color oscuro, pero en este caso mucho más negro que marrón. Si un agricultor cuenta con este tipo de suelo para sus sembradíos, sabrá que es prácticamente segura una buena cosecha. Se caracterizan por tener un alto contenido de material orgánico descompuesto o en descomposición, conteniendo una alta cantidad de nutrientes.

El nombre de este tipo de suelo viene del “humus”, el cual se encuentra en gran cantidad en la tierra humífera. Ya mencionamos que es rica en material orgánico descompuesto, pues eso es el humus. Es posible crear nuestra propia tierra imitando las características de esta, tomando por ejemplo, la tierra del suelo de turba y añadiendo compost orgánico ya preparado. Con este tipo de suelo, no tendremos muchas dificultades en cuanto al drenaje, ya que retiene la cantidad de agua necesaria y drena el resto.

Suelos limosos

Estos suelos son muy fáciles de cultivar. Comúnmente los encontramos en las inmediaciones fluviales, aunque se debe tener mucho cuidado con cierta confusión, ya que en las mismas condiciones en que conseguimos este tipo de tierra, también encontramos suelos arcillosos o arenosos, muy poco recomendados para la siembra. Podemos identificar la tierra limosa por su color marrón oscuro y su textura casi lodosa, de esta manera ya sabremos que no es arena.

Para saber que no es arcilla, solo debemos compactarla mientras esté húmeda y ver si se puede moldear como una masa, en dado caso de que no suceda, ya tenemos tierra limosa. También tenemos que saber que muchas veces conseguimos una combinación de este tipo de tierra con la de los suelos pedregosos, no muy aptos para el cultivo. Puedes pasar la tierra por una malla para colar y así separarás las pequeñas piedritas.

Como características adicionales de este suelo, tenemos que drenan el agua de forma muy adecuada. Asimismo, el material orgánico suele descomponerse muy rápido.

Otras cosas a considerar respecto a la tierra de nuestros semilleros

Ya te mencionamos los 3 tipos de tierra que debes buscar para conseguir los mejores resultados en tus semilleros, pero no todo radica en ese aspecto. Las semillas varían en tantos parámetros que a veces no podemos sembrar dos tipos de plantas en un solo semillero. Quizá ambas puedan darse en tierra limosa, pero resulta que una necesita de un pH un poco más bajo que la otra. A veces es cuestión de azar, si no somos profesionales, ingenieros agrónomos, es difícil hacer análisis, por lo que no te desanimes si en algunos momentos no logras obtener un brote.

También ten en cuenta el uso de sustratos, en el mercado hay un montón, cada uno con características especiales que simulan determinado tipo de suelo. Lo mejor sería que antes de sembrar repases un poco los datos de las semillas de las cuales dispones. Aquí en semillas.me tenemos la información que estás buscando.

Por último te recomendamos que para perfeccionar la técnica de las semillas puedes tomar un curso sobre el medio ambiente y el mundo de las semillas.

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